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¡Quiero pescar!
Diego Yriarte sabe que el pescador no nace, se hace, así que nos cuenta lo que ha aprendido a bordo de un chárter de pesca por aguas de Barcelona.
April 29, 2015
Si pensaba que un buen carrete, un hilo gordo, una caña maciza y un barco que en su nombre ponga “fishing” es suficiente para que los peces salten dentro de la bañera… le recomiendo tomar unas horas de clases de pesca para que la primera experiencia sea inolvidable.
Una gran parte de las personas que se inician en la náutica descubren la posibilidad de pescar a bordo y otro alto porcentaje busca barcos con específicas cualidades de pesca. Por otra parte, no sé si es una sensación personal; pero, al entrar a una tienda de pesca me atrae tan irresistiblemente esa inmensa variedad de artilugios de colorines que no sé con cual quedarme.
En primer término un chárter de pesca casi me aseguraba pescar en mi primera salida sin atisbo de frustración; además, me llevaría buen bagaje de conocimientos prácticos y tanta teoría como pudiese aprender.
Siguiendo algunas recomendaciones llegué a Charter Inad, una empresa de Barcelona que me ofrecía una salida de pesca de 4 horas y ellos se encargaban de todo, equipos, carnada, barco. Perfecto, aun para quien no tenga barco y eventualmente se le ocurra hacer una salida de este tipo. No me sorprendió encontrarme con compañeros de travesía provenientes de Madrid, Estados Unidos y Francia. Para los turistas es una excelente opción salir a pescar y acabar la jornada comiendo en un restaurante del puerto, el fruto de la propia pesca. En resumidas cuentas, un barco muy acorde a su trabajo, Dani Marín un patrón profesional con todas sus letras, y un pescador profesional, Toni Alavedra, de los que no se guardan los secretos.
Se tensa el hilo
Antes de que llegaran los invitados ya estaba preparado el material de pesca que se iba a utilizar. El cebo fresco, en este caso calamar, listo para ser cortado. Apenas soltar amarras se repartieron los equipos y Toni realizó una introducción de cómo sería la jornada: un poco de curricán ligero cerca de la costa y luego iríamos a buscar unas piedras para pescar de fondo al volantín. Tan solo fue cruzar la bocana del Port Forum y los señuelos tocaron el agua.
La comunicación del patrón y el pescador es continua: temperatura del agua, profundidad, posicionamiento, rumbo, e información del entorno; si hay gaviotas, si los peces saltan, si hay otros pescadores…
Dani Marín: “Yo me encargo de llevar el barco y asistir en la comodidad de los invitados, pero sin dejar de mirar la ecosonda y lo que pasa a nuestro alrededor, leer el mar es clave.”
Podríamos decir que la variedad de señuelos es infinita, teniendo en cuenta que también es posible construirlos uno mismo. Varían en su tamaño, color, forma, la profundidad a la que actúan, etc. Según Toni Alavedra: “Siempre es bueno probar un poco al curricán cerca de la costa, aunque el agua aun esté fría podemos encontrar algún pez depredador.
Casi se cumple la regla con un pique que emocionó a la tripulación, pero logró cortar el hilo y llevarse el señuelo. Hubo algún pique más, pero infructuoso; aunque, me fue de utilidad para ver el procedimiento cuando esto ocurre: quitar la marcha, recoger las otras cañas y dedicarle atención a la que ha tenido el pique. Aunque no hayamos pescado hay que recoger toda la línea hasta llegar al señuelo y observar su estado, es posible que se haya dañado el hilo y en el siguiente intento perder la presa y el señuelo. Si el hilo está dañado (se nota al tacto) hemos de cortar todo el tramo.
Al hacer curricán en profundidad se corre el riesgo de enganchar el material con alguna piedra y dañarse.
La época de curricán es verano y otoño. Comienza en junio y llega hasta noviembre o mita de diciembre; aquí se alarga bastante la temporada, si el agua todavía está caliente. Tallams o anjoba, es el pescado más grande que encontramos en esta zona. Es cazador y con fuerza y es muy entretenido.
En pleno verano llegan los peces migratorios y se puede pescar en superficie: Caballa, jurel, bonito y más adelante la llampuga o dorado, o pez azul pequeño como la melba o albacoreta.
Barcelona y su plan B
Ante la imposibilidad de pescar al trolling o curricán, decidimos navegar un par de millas hasta unas rocas, para intentar el volantín.
En Barcelona tenemos la suerte de tener la pesca al volantín durante todo el año. Es una pesca que va muy bien cuando no hay pescado de superficie, como el pescado azul que nos permite hacer trolling o curricán. Al volantín siempre pescamos; aunque, la época propia del volantín es el invierno. Al volantín pescamos besugo, pajel, serrano, sargo, vidriada, etc.
Al llegar al sitio indicado el barco queda a la deriva con los motores apagados y todos los pescadores se sitúan en la misma banda, a barlovento, para evitar que la línea quede abajo del barco. Es importante que el plomo llegue al fondo y que apenas se apoye, para mantener la tensión de la línea y que los anzuelos se muevan sin tocar el fondo. Poco a poco la cara de los pescadores fue cambiando, la primera pieza picó apenas el plomo llegó al fondo. Por momentos, nuestro guía se mostraba más entusiasmado que los pescadores mismos; si bien, mantuvo una actividad frenética durante las 4 horas de travesía, cambiando cebos, controlando las maniobras, el fondo, el viento, las aves y asimilando la información que le transmitía el patrón.
A la carta
El público de Barcelona es muy variado, también la oferta de Charter Inad que no se limita a excursiones de pesca, pero es la actividad que más realizan; ya sea en forma de despedida de solteros, gente que pesca por primera vez, o gente que dice ¡queremos un pescado grande! Entonces, se coordina una salida de pesca al curricán que es como más salen las piezas grandes. Si algunos clientes quieren pescar un atún (en este caso es sin muerte), se van a la desembocadura del Llobregat que es donde frecuentan las piezas más grandes en la época correspondiente y si hay suerte, lo encuentran. Por supuesto que no siempre es seguro.
¿Qué debe saber quien se inicia?
Les recomendaría empezar por algo divertido y fácil como el trolling ligero o curricán de superficie, y comenzar en esta zona a partir de mitad de junio. Utilizar cebos pequeños, para pescar peces pequeños e ir avanzando. Y si quiere pescar el resto de la temporada, tiene la pesca del volantín. En este caso recomiendo tomar unas clases. El pescador ha de saber los principios de cómo pescar: cómo come el pescado; cómo hay que poner la comida en el anzuelo; como engañar al pez. Hay unas cuantas cosas que son básicas y a partir de aquí uno va aprendiendo, viendo cómo funciona esto, los horarios en los que los peces comen; el viento, la corriente…
Por mi parte, ya tengo hecha mi reserva para cualquier día del inicio de verano, cuando se calienta el agua y llegan los depredadores.
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