Classic Bermudian Yawl

Al final de la II Guerra Mundial, Arthur Cecil Robb, un neozelandés que vivía en el Reino Unido, abrió su propio negocio de arquitectura naval en Londres, comenzando así una brillante carrera profesional. Muy pronto adquirió fama de elegancia y eficiencia en sus diseños. En cuanto a la elegancia, Robb a menudo favorecía importantes voladizos y una marcada línea de quilla dulce en sus diseños. En cuanto a la eficiencia, el Mokoia de 1948, su primer diseño importante, llegó en segundo lugar en la carrera de Kristiansand, en Noruega, habiendo sido botado solo días antes de la carrera, sin tiempo para comprobar las nuevas velas y cargado con cosas para cruceros de larga distancia. El Kahurangi, de 1953, ganó todo tipo de carreras en Nueva Zelanda, hasta el punto de que una calle en Auckland fue dedicada a este barco. En esos tiempos de posguerra y con la economía aún recuperándose, estos barcos se destacaban por sus dimensiones y sus logros. La colaboración entre un marinero experimentado como el estadounidense August Boorstein, un diseñador inteligente como Arthur Robb y un gran constructor, como era el astillero fundado por Herbert Woods en los años veinte en los Norfolk Broads, solo podía producir un gran yate y Rob Roy es, para algunos historiadores, uno de los mejores barcos diseñados por el neozelandés. Como hijo de ese país, Robb ya tenía buena experiencia en quillas elevadoras, pero fue solo cuando se le pidió que diseñara el Robb Roy que pudo aplicar en hechos su conocimiento. Cuando en 1966 un corredor de Florida la ofreció en el mercado de segunda mano por primera vez, afirmó que había costado 230.000 $ construirla, una declaración de su alta calidad de construcción. En el Rob Roy, A. Robb repitió muchas de sus características favoritas, como las tres ventanas redondeadas de la caseta de timón, o las escotillas en forma de mariposa que en ese momento se estaban volviendo rápidamente anticuadas, pero que dan mucha luz y ventilación con solo una pequeña reducción en la resistencia de la estructura. La sala de navegación, situada en la escalera de acceso en una posición elevada, es otra característica típica de Robb para mantener una mejor comunicación con la tripulación y reducir la inclinación interior con el exterior, ya que hay dos niveles diferentes. O los hermosos suelos de madera maciza o las vigas laminadas de última generación de entonces. En resumen, un verdadero resumen de ideas y trabajos en madera de calidad excepcional. Los largos voladizos también, que le dan al barco su sensación clásica, eran un favorito de Arthur Robb, un hombre que continuó dibujando barcos de madera incluso cuando la fibra de vidrio estaba tomando el control. Esos voladizos, junto con las líneas de proa completas del casco que no tienen ningún hueco como ya mostraban algunos diseños estadounidenses, dan flotabilidad al barco y un movimiento suave a través de las olas. Su manga, un poco más amplia que un diseño británico de quilla fija, pero menos que un diseño estadounidense de quilla elevadora de dimensiones similares, mejora su rendimiento a favor del viento. La quilla elevadora se volvió popular nuevamente en los años cincuenta con las victorias del Finisterre (botado en 1954, con un diseño de Olin Stephens). Robb tuvo eso en mente al diseñar este barco para un marinero de carreras estadounidense que estaba a punto de desafiar al propio Finisterre. De hecho, el Rob Roy, con un calado entre 1,80 y 3,05 m, tuvo una carrera de regatas efectiva contra los mejores barcos de regatas de esos días, que duró bien hasta los años ochenta. Después, comenzó una tranquila vida de crucero en aguas azules que la llevó desde los EE. UU. hasta los mares Báltico y del Norte. Ahora navega en el Mediterráneo. El Rob Roy se beneficia de una construcción sólida, con una estructura de monel (aleación de níquel y cobre) que recubre muchos de los travesaños y marcos, y un marco de monel doble que soporta la carga de los estays a ambos lados del mástil. El centro de quilla de bronce sube y baja en una caja de monel que forma parte de la aleta de la quilla. Este daggerboard asegura un rendimiento excepcional contra el viento. El ensamblaje especial de las listones de cubierta de teca asegura una excelente estanqueidad, al igual que el uso de fibra de vidrio en la parte superior de la cubierta. Abajo, la cabina del propietario en la popa, cerca de la sala de cartas, es particularmente cómoda y agradable, con una amplia litera doble (140 cm a los hombros) y una segunda litera (110 cm). Se comunica directamente con la caseta de timón y el baño (ducha, WC, lavabo). La proa tiene una enorme litera triangular y mucho espacio de almacenamiento. Tiene su propio acceso desde la cubierta. El salón, que también es accesible a través de una escalera lateral, tiene un ambiente cálido y 4 literas. La cocina delantera permite preparar comidas con total seguridad, tanto en anclaje como en el mar. Desde 2018, su actual propietario ha realizado una serie de trabajos de mantenimiento y renovación llevados a cabo por profesionales, incluyendo una revisión completa del casco en 2023 y la instalación de un nuevo motor, así como nuevas velas y un nuevo mástil en 2020. Está en muy buen estado y originalidad, algo muy importante para un barco clásico.